El Agutí y el Ciervo
Hola cómo están, soy Nicole Bello, estudiante de segundo año de Institutos
Educacionales Asociados, IEA, el día de hoy voy les a presentar sobre un mini cuento, es un libro
de terror y misterio del narrador uruguayo
Horacio Quiroga publicado el 4 de septiembre de 1926 en una antología de
cuentos titulada: Cuentos de la Selva. Horacio Quiroga nació en Salto (Uruguay)
en 1878 y es considerado uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de
todos los tiempos, cuya obra se sitúa entre la finalización del modernismo y
aportar estrategias de vanguardia porque rompió con la forma tradicional de escribir.
Y muere en Buenos Aires en 1937.
Quiero compartir con ustedes uno de los cuentos que leí de esta obra, se titula: El agutí y el ciervo. Es una de las historias que relata la obra “Cuentos de la selva” y su literatura se refleja que la muerte es protagonista en sus cuentos. El lenguaje utilizado por el autor es formal, narró, con estilo preciso el horror y la tragedia que se esconde en la naturaleza. Su vida está muy relacionada con sus cuentos, ya que se dice que Quiroga escribió este libro justamente para entretener a sus propios hijos, Eglé y Darío, quienes habían nacido en la selva de la Provincia de Misiones, también es el escenario de los cuentos.
En síntesis de su vida y de su estilo, incluye el descubrimiento de la selva en una expedición fotográfica a las ruinas de San Ignacio, con Leopoldo Lugones, en 1901, y su posterior elección como lugar desde el cual escribir. Los factores que influyeron en su obra, sus esposas, sus hijos, la relación con San Ignacio, la muerte de su padre y de su padrastro, y cómo todos estos hechos crearon en él una gran obsesión.
En síntesis de su vida y de su estilo, incluye el descubrimiento de la selva en una expedición fotográfica a las ruinas de San Ignacio, con Leopoldo Lugones, en 1901, y su posterior elección como lugar desde el cual escribir. Los factores que influyeron en su obra, sus esposas, sus hijos, la relación con San Ignacio, la muerte de su padre y de su padrastro, y cómo todos estos hechos crearon en él una gran obsesión.
El
cuento está narrado en primera persona desde la voz del protagonista, primero,
en su infancia y manifiesta un anhelo por matar
a los pájaros, con los años su pasión
se aduerme, solo con una ligera circunstancia para que resurja con violencia
extraordinaria.
Una madrugada de verano, se despierta por el aullido
de una jauría de perros que habían perseguido el rastro de una bestia muy cerca
de su casa. El trató de contenerse por un rato, pero no aguantó más y agarró un machete, y siguió el latir de la
jauría. Uyyyy, qué horror.
Al llegar al lugar se dio cuenta que el animal estaba
refugiado dentro de un árbol, se trataba de un agutí y lo mató de dos
machetazos. Meses después le regalan un ciervo, con apenas siete días de edad,
y su hija lo crio con tetero, pero al tiempo le arrebata la vida un chico de la
vecindad.
El cuento se basa principalmente en la reflexión que
hace el protagonista, de que no está bien matar a los animales por diversión,
ya que siente cariño al ciervito porque se apropió de su existencia, y aprecia el valor de una vida ajena.
Es importante leer los cuentos de Horacio
Quiroga ya que fomentan el desarrollo creativo y permite a los lectores expresar emociones y sentimientos al identificarse con los personajes de la historia y es un excelente recurso para inculcar el amor por la lectura; además de ser una fuente de entretenimiento para los amantes de las historias de terror y pánico, también toca el romance, pero un romance ensombrecido por lo extraño y la muerte.